La autorreferencialidad como fenómeno en las artes visuales ha cruzado transversalmente la línea cronológica de dicha manifestación, desde las vetustas pinturas rupestres hasta las tendencias más contemporáneas. Un aspecto esencial salta a la vista en tal proceder: el interés por parte del artista de referirse a sí mismo por mediación de su obra, intención proyectada casi siempre en los célebres autorretratos.
Pero la autorreferencialidad va más allá de la reproducción mimética de la fisonomía. Hay estados de ánimo y pensamientos que necesitan de símbolos para ser expresados, por ello se afirma con total justeza que no todos los autorretratos son realistas.
Erika Eva Martínez es una joven artista cubana que ha hecho de la autorreferencialidad un recurso ideal para comunicar elementos inherentes a su vida pasada y presente, usando pigmentos tradicionales y soportes textiles de diversos formatos.
Para ella arte significa el reflejo de lo que con palabras no puedo expresar, la necesidad constante de comunicar con imágenes, a través de la búsqueda de nuevas perspectivas enfocadas en la problemática diaria y los conflictos existenciales.
Desde que su trabajo artístico empezó a alcanzar cierta madurez, Erika comenzó a cuestionarse cómo sus obras podían ser funcionales para ella y para el resto de la sociedad. Es por ello que se apoyó en estudios teóricos relativos al «yo» y sus formas de expresión, con énfasis en la connotación psicológica y filosófica del término. Lo anterior le ayudó a definir la base conceptual de su obra, centrada en reflejar las más diversas circunstancias de la existencia humana. Este hallazgo también fue la consecuencia de varios trabajos de experimentación, una especie de prueba de ensayo y error que le hizo decantarse por un estilo donde igualmente se vislumbra el carácter femenino, intimista, erótico y seductor, aunque muchas veces su trabajo ha sido malinterpretado al considerarlo puramente feminista y con problemas de identidad de género, criterio con el cual difiere la creadora.
En cuanto a las técnicas la artista confiesa que prefiere el óleo sobre lienzo de mediano y gran formato. La pintura ha sido desde siempre su principal motivación, pero también le interesa la fotografía, asumida como la base formal sobre la cual ha acostumbrado a desarrollar su trabajo pictórico. En ocasiones ha incursionado en el performance, la instalación y el arte digital, manifestaciones que poseen ciertas zonas complementarias en sus respectivos códigos y lenguajes expresivos. Hasta la fecha ha inaugurado cuatro muestras personales y ha intervenido en cuarenta colectivas en diferentes espacios galerísticos del país.
Su rutina creativa se caracteriza por la incesante interacción con los colegas. Entre una pieza y otra le gusta dialogar a través de las redes sociales con otros artistas, descubriendo nuevas formas de trabajar.
Para ella el cine es un hobby y forma parte de su inspiración, al igual que las vivencias singulares de la cotidianidad. Por lo general una sola obra puede exigirle un trabajo constante de meses, de modo que la disciplina, la perseverancia y el sacrificio son sus palabras claves.
Contactos:
Tel: +53 5 369 02 92
erikaevart@gmail.com / erikaeva@nauta.cu
Instagram: @erikaeva.artist
Faceboock: Erika Eva Martinez
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