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Un apasionado por elevar la moda al arte

Por: Ilsa Rodríguez Fotos: José (Tito) Meriño
Un apasionado por elevar la moda al arte

Reconocido en Cuba y México por sus diseños, en los que combinan magistralmente el arte y la moda, Ismael de la Caridad Cuervo es de los que sostienen que la creación artística no tiene límites y parece empeñado en demostrarlo con su variado quehacer en ese ámbito.

Un apasionado por elevar la moda al arte

Iniciado en las pasarelas como modelo cuando era apenas un adolescente, este artista autodidacta comenzó a interesarse en los misterios de la alta costura mientras observaba la labor de famosos modistos, quienes a la vez le transmitían enseñanzas y consejos.

Desde que inició su camino como modisto de alta costura estuvo atraído por la idea de combinar sus creaciones con la de afamados pintores y ceramistas locales. Esto lo ha logrado en la confección de trajesarte que han alcanzado fama internacional, como el de Mujer Pavo Real, inspirado en un cuadro de la pintora Zaida del Río y que para realizarlo utilizó mil ochocientas plumas de esa majestuosa ave.

Otro de sus artísticos diseños es un vestuario de la Virgen de la Caridad, la santa Patrona de Cuba, que él confeccionó hace dos años inspirado en un cuadro del siglo XVIII del artista Juan del Río, un pintor de asuntos religiosos y retratista, que presenta la imagen de la Virgen del Rosario.

Mención aparte para el traje, joyas y calzado creados en ocasión del centenario de la pintora mexicana Frida Khalo, que preparó como una fusión de la bata cubana con trabajos artesanales de indígenas de Chiapas.

Un apasionado por elevar la moda al arte

En su bello apartamento frente al litoral habanero, donde se dan la mano el buen gusto, obras de arte y plantas ornamentales, Ismael de la Caridad explica que este traje en homenaje a la controvertida artista mexicana —con más de un centenar de metros de tul— tiene como complementos joyas exageradas, como las que ella usaba, además de una flor en el pelo de la modelo, también una evocación a la Khalo.

En general, para sus confecciones artísticas Ismael de la Caridad armoniza la bata cubana con pedrería, plumas, bordados y encajes. Esta bata era originalmente una prenda que las cubanas de la colonia usaban en casa y regalaban a sus esclavas cuando la desechaban. Las esclavas transformaban esas piezas en vistosos trajes de fiesta que enriquecían con puntas de colores, vuelos y otros detalles. En la obra de este diseñador, que comparte su tiempo entre Cuba y México —su segundo hogar— se incluyen vestuarios no solo para pasarelas, sino para teatro, cabaret, cine, televisión y espectáculos diversos.

Para él su trabajo no termina cuando culmina un traje, sino cuando están listos las joyas y el calzado que lo complementan, e incluso el peinado y el maquillaje de la modelo, labores que él mismo realiza. Además, ha colaborado con artistas de Cuba y otros países para quienes ha confeccionado tanto vestuario como calzado.

Orgulloso de pertenecer al proyecto Arte-Moda, que integran 30 diseñadores y 30 artistas de las artes plásticas cubanas, Ismael de la Caridad insiste en la importancia de organizar cada día y mantener la disciplina de trabajo para realizar sus numerosos proyectos.

En la actualidad dedica su tiempo al diseño de interiores, en particular en el emblemático hotel Nacional de Cuba, y entre sus proyectos más inmediatos están la coordinación de una serie de trabajos en Estados Unidos que se materializarían para fin de este año, entre ellos una obra de teatro en Nueva York, y dedicarle más tiempo a la pintura, un arte en el que incursiona desde hace varios años pero en el que está decidido andar con todo rigor hasta llegar mucho más lejos.

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