Hay una máxima en Cuba que reza: no hay nada más importante que un niño. Y ese pensamiento se ha seguido al pie de la letra en la mayor de Las Antillas, desde el propio 1 de enero de 1959, con el triunfo revolucionario.
A partir de entonces la situación de la población infantil cubana cambió. El nuevo gobierno comenzó a adoptar medidas a favor del pueblo sin distinción y, en especial de la infancia, entre las que figuran la educación gratuita y obligatoria, la atención médica gratuita y una vivienda digna para cada familia.
Actualmente y por octavo año consecutivo Cuba es el primer país de Las Américas y se encuentra entre las primeras 20 naciones del mundo con una tasa de mortalidad infantil por debajo de cinco por cada mil nacidos vivos, según estadísticas de la Organización Panamericana de la Salud.
Es importante señalar que de los 11,2 millones de habitantes que tiene Cuba, 2,3 millones corresponden a la población con edades por debajo de los 18 años, un 21% del total, a los cuales se dedica una esmerada atención sanitaria y educacional.
Para lograr esas estadísticas el Estado prioriza el desarrollo integral de la primera infancia con programas de educación y salud como el Programa de Atención Materno-Infantil, el Programa &Educa a tu hijo" y la atención en los círculos infantiles.
La tasa neta de matrícula en la enseñanza primaria es del 99.1%, y la tasa bruta de escolarización en la educación secundaria del 96.4%, con altos índices de paridad de género en todos los niveles de enseñanza. Todos los nacimientos son registrados y un 99.9 % de los mismos ocurre en instituciones de salud, asistido por profesionales.
En la actualidad en Cuba hay unos 400 niños y niñas sin amparo familiar que viven en hogares para niños y niñas especiales bajo la tutela del ministerio de Educación con recursos humanos, materiales y financieros para que la vida en ellas se desarrolle de la manera más cercana posible a las condiciones de un hogar familiar.
Es importante añadir que los derechos del niño en Cuba están refrendados desde 1991, cuando fue publicada La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) en la Gaceta Oficial, con una declaración firmada por el Presidente del Consejo de Estado.
Todo ello refleja la preocupación del estado cubano por garantizar una vida y educación adecuadas para el desarrollo de la población infantil, que en un futuro como bien dijera el Héroe Nacional de Cuba, José Martí: &Para los niños trabajamos, porque ellos son los que saben querer, porque ellos son la esperanza del mundo".
En esas condiciones Cuba celebra cada 1 de junio el Día Internacional de la Infancia aunque, en esta ocasión, no se podrá escuchar la algarabía infantil generalizada en escuelas y calles a causa del nuevo coronavirus que azota al país y a todo el mundo, pero si lo harán en sus casas con la certeza que tienen el futuro garantizado.