La jardinería y la horticultura han sido siempre una actividad a la cual muchas personas han dedicado parte de su tiempo. El gran interés que genera este hobby puede estar muy relacionado con la gran cantidad de beneficios que proporciona a las personas que lo practican, siendo el más importante la relajación que proporciona, hasta el punto de que hace más de 50 años que se habla de la terapia hortícola.
Además de ayudar a aliviar tensiones del día a día, cuidar de las plantas proporciona un efecto psicológico muy positivo en diversos padecimientos como el estrés, la ansiedad y la depresión. Además esta actividad no es difícil de realizar, puesto que se puede llevar a cabo en jardines y huertos, pero también en terrazas y balcones, e incluso en interiores.
El cultivo de plantas beneficia de forma clara a la salud mental y física, porque puede producir cambios fisiológicos que mejoran el funcionamiento del organismo. Las actividades al aire libre aprovechan la luz solar, y esta aumenta los niveles de endorfinas en el organismo por lo que produce efectos muy positivos sobre el estado de ánimo. Esto es, en general, positivo para cualquier persona y, especialmente, para personas con problemas de depresión.
Cuando se cuidan las plantas se realiza una serie de acciones tales como regar, podar y sembrar, que ayudan a desconectar de pensamientos negativos y a disfrutar este ejercicio como algo placentero. Ver crecer las plantas y cultivos produce una gran satisfacción dado que permite ver el resultado de la dedicación y aumenta la autoestima.
Las plantas son las primeras responsables de la vida en el planeta, sin ellas no serían posibles el resto de las especies animales. Además cultivando plantas ayuda a generar oxígeno y a eliminar dióxido de carbono, dos aspectos que en los tiempos que corren son muy de agradecer.