Este 28 de diciembre cumple 95 años de fundado el legendario Hotel Presidente de La Habana, radicado en la Calle Calzada no. 110, esquina Avenida de los Presidentes, en pleno corazón de la céntrica barriada de El Vedado y a pocos metros del famoso Malecón capitalino.
Pero el viejo caballero, hoy renombrado como Roc Presidente debido a su actual gestor, la cadena española Roc Hotels, en medio de La Habana es sencillamente el Hotel Presidente para el transeúnte nacional, acostumbrado a verlo casi como parte del paisaje desde hace mucho tiempo.
Nació y está ahí parece que hasta la eternidad a partir de la construcción de un edificio llamado inicialmente Gato -por el apellido de su dueño, Don Francisco Hidalgo Gato- levantado entre 1925 y 1927, con una altura de 10 pisos.
Con 158 habitaciones, de ellas dos suites, el bello edificio de arquitectura ecléctica está pintado hace muchos años de los colores bermellón y crema, fue concebido por los arquitectos Eduardo Tella e Hijo, y pertenece a la Cadena Cubana Gran Caribe.
Dicen que en tiempos de su apertura era el edificio más alto de La Habana o el primer rasca cielo de la ciudad que se urbanizaba hacia el oeste con gran velocidad.
También cuentan que al acto de bautismo asistió el tristemente célebre presidente Gerardo Machado, quien abrió simbólicamente su puerta principal usando una llave de oro, un gesto muy a tono con el estilo fastuoso del dictador de Cuba.
Desde su apertura el Hotel Presidente impresionaba a todos por la calidad de su servicio y el estilo elegante de sus decorados, trato del personal de servicio y saber hacer dentro del giro.
Contaba con ascensores, una piscina, un majestuoso vestíbulo a la entrada, habitaciones muy pulcras, los servicios del restaurante Chez Merito y un personal atento a las demandas y solicitudes de los clientes.
Después de varias remodelaciones, necesarias ante el paso del tiempo y debido a los requerimientos de la modernidad, el Roc Presidente mantiene la línea de la elegancia y la calidad, del confort, en los servicios de una clientela en lo fundamental amante de lo estable, de lo que es bello y eterno, como lo que entendemos por clásico.
Felicidades para este representante del buen gusto y la distinción, dotado de un colectivo laboral y una regencia que ha sabido inspirarlos para celebrar este hermoso aniversario con un programa cultural y recreativo a la altura de su nombre y trayectoria.