Después del huracán Irma, Cuba quedó como para que la ayuden, no para andar ayudando a los demás. Pero fiel a su tradición solidaria, la isla envió una brigada de médicos a México para ayudar a las víctimas del reciente terremoto de 7.1 grados Richter.
La brigada Henry Reeves, como es conocido el contingente internacional de médicos cubanos especializados en el enfrentamiento de desastres y epidemias, partió a la nación azteca para atender a los heridos, pero también a ayudar en lo que sea.
Ya lo hicieron tras el terremoto de 1985 y después de las inundaciones de 2007, amén de las múltiples misiones humanitarias en Afganistán, Haití, Sierra Leona y diverdos lugares de los que Dios solo se acuerda para machacarlos...
Si el Nobel no fuera un premio politizado, la cooperación cubana habría ganado ya el de la paz, reservado empero para "paladines" como Kissinger u Obama. Sin embargo, aunque un millón de dólares no vendría mal, los médicos cubanos no trabajan por eso.
El doctor Rolando Piloto marchó al frente de una brigada de 40 profesionales de la salud, entre médicos, licenciados en diferentes perfiles y personal de apoyo. Su destino será Oaxaca, uno de los estados más afectados por el sismo.