La más joven primera bailarina del Ballet Nacional de Cuba tuvo anoche su graduación: Grettel Morejón debutó como Gisell justo en el cierre de temporada de la prestigiosa compañía, y estuvo a la altura del desafío que entraña esa obra cumbre del Romanticismo.
La artista usó los nervios como incentivo, y dotó a su Giselle de personalidad, sutileza, elegancia, musicalidad, pasión y una seguridad técnica e interpretativa irreprochables que, según la especialista Martha Sánchez, no suelen verse en una primera actuación.

Junto a ella debutaron su partenaire Rafael Quenedit, bailarín de formidables condiciones que encarnó aparentemente sin esfuerzo el papel del duque Albretch, y Glenda García como Myrtha, reina de las willis, muy creíble en su sed de venganza, imponente y con una ejecución técnica de altura.
El único percance en el primer acto fue opacado por una maravillosa secuencia actoral, y la manera de resolverlo graduó a Grettel como otra fabulosa Giselle en las filas del BNC, pues las experimentadas Sadaise Arencibia, Anette Delgado y Viengsay Valdés también han hecho la suya, y han trascendido.