El congresista estadounidense Jim McGovern consideró excesiva la reacción de su país de recortar poco más de la mitad del personal diplomático de Washington en Cuba: el demócrata por Massachusetts lamentó esta suerte de retroceso a la Guerra Fría.
Para el legislador, la reacción de la Casa Blanca a un supuesto ataque sónico a diplomáticos estadounidenses en La Habana evidencia "una ignorancia sorprendente sobre cómo conducir mejor la política exterior".
"Los estadounidenses no pueden permitirse retornar a las fallidas políticas aislacionistas de la Guerra Fría que dividieron a las familias durante 50 años", apuntó McGovern, que apoya un esclarecimiento conjunto de las acusaciones.
El congresista recordó que cientos de miles de norteamericanos visitan Cuba cada año, al tiempo que los negocios de esta nación están involucrados en ventas agrícolas y otras oportunidades.
"Las agencias estadounidenses y cubanas colaboran en la lucha contra el tráfico de drogas, el contrabando de personas, las operaciones de búsqueda y rescate y otras cuestiones de seguridad. Una presencia de la embajada es vital", acotó
A su vez, la coalición Engage Cuba instó a ambos gobiernos a redoblar los esfuerzos para encontrar la causa de lo ocurrido, cuando ambas partes sostienen que las investigaciones siguen en curso.
Barbara Stephenson, presidenta de la Asociación Estadounidense del Servicio Exterior, declaró que está en contra de la reducción de diplomáticos en La Habana, y consideró injustificada la retirada masiva del personal.
Vicki Huddleston, exjefa de la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba, denunció que las malas relaciones entre ambos gobiernos responden a la obsesión del senador Marco Rubio. "El Congreso debe presionar a la administración para detener la espiral descendente de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba", concluyó.