Sol y playa
Naturaleza, historia, tradiciones, cultura y hospitalidad hacen de Cuba uno de los sitios privilegiados del Caribe, por muchos motivos digno de ser visitado, y más de una vez, para apreciar mejor todo lo que el país ofrece.
El archipiélago cubano, con la isla mayor de las Antillas y unos 4 000 islas, cayos e islotes, puede disfrutarse prácticamente de este a oeste y de norte a sur, y todo el año por lo noble de su clima tropical
Más de 300 playas naturales salpican la isla de Cuba, con aguas limpias, cálidas y seguras de tonalidades que van del azul al turquesa y arenas blancas, doradas, cobrizas… ideales para tenderse al sol y refrescarse en el mar o practicar deportes náuticos.
Quizás Varadero, de 22 kilómetros de longitud en la costa noroccidental, es la más famosa, con un creciente desarrollo turístico desde las primeras décadas del pasado siglo y una infraestructura que alberga, entre otros lugares de interés, un campo de golf de 18 hoyos en los predios antiguamente propiedad del millonario estadounidense Irénee Dupont.
La playa aparece reiteradamente entre las mejores del mundo en sitios como TripAdvisor, reconocimiento que también han alcanzado otras porciones de mar a lo largo del país.
Frente a la costa norte de las provincias centrales de Villa Clara y Ciego de Ávila se encuentran verdaderos oasis para disfrutar del océano Atlántico, en cayos como Santa María, Las Brujas y Ensenachos, Coco y Guillermo, y en el suroccidente, en pleno mar Caribe, Cayo Largo es toda una joya.
En las profundidades marinas
En las profundidades de estas generosas aguas hay mucho que descubrir. Alrededor de un millar de zonas de inmersión ofrecen espectaculares fondos marinos a los amantes del buceo contemplativo y son escenario propicio de torneos mundiales de fotografía subacuática.
A lo largo del archipiélago, centros internacionales de buceo con profesionales calificados ofrecen todas las facilidades para apreciar multitud de especies de corales, coloridos peces tropicales, gorgonias, esponjas, otra rica fauna marina y pecios, en interesantes relieves submarinos con paredes, túneles, grutas…
Entre otros muchos sitios de inmersión figuran María la Gorda y Cayo Levisa (occidente), El Colony (suroccidente), Jardines de la Reina (región surcentral), Guardalavaca (oriente), Cienfuegos (región surcentral), donde se haya el coral de seis metros de altura conocido como Notre Dame, uno de los más notables del Caribe, así como Santiago de Cuba y Marea del Portillo (oriente), con pecios de la flota española hundida por buques estadounidenses a mediados de 1898, durante la guerra hispano-cubana-norteamericana.
El verdor de la naturaleza
A pesar del avance de la civilización, mucho se conserva del verde primigenio de la naturaleza cubana, hábitat de una rica biodiversidad e ideal para el senderismo, la observación de vida silvestre, recorridos náuticos y ecuestres y espeleoturismo.
En el oriente de la isla se encuentran los majestuosos Parques Nacionales Alejandro de Humboldt y Desembarco del Granma, ambos declarados Patrimonio Natural de la Humanidad. El primero, constituye el principal remanente de los ecosistemas montañosos conservados de Cuba y, el segundo, es el mayor y más conservado exponente mundial de los sistemas de terrazas marinas emergidas y sumergidas sobre rocas calcáreas.
En el occidente, resultan también de particular interés las Reservas de la Biosfera Península de Guanahacabibes y Península de Zapata, considerada esta el mayor humedal del Caribe insular, así como el Valle de Viñales, Paisaje Cultural de la Humanidad, con singulares mogotes y la inserción armoniosa de sistemas agroproductivos como el cultivo del tabaco, y la presencia de una arquitectura vernácula distintiva.
Música y fiestas
Conocida en el mundo como “la isla de la música”, ritmos y melodías de esta tierra se escuchan por doquier, incluso simplemente al andar las calles de sus urbes, y han trascendido las fronteras nacionales. Son, rumba, conga, guaracha, chachachá, mambo, bolero…
forman parte del rico complejo sonoro de la isla, que además es una invitación al baile. La rumba y el punto cubano, oriundo de las zonas rurales, son Patrimonio de la Humanidad.
Ello se refleja en fiestas populares que datan de la colonia y se mantienen en la actualidad, vistosas y animadas: Carnaval de Santiago de Cuba, en el verano; Charangas de Bejucal, en el occidente, y Parrandas del centro del país, generalmente en diciembre, esta última también Patrimonio Mundial.
Patrimonios históricos
Cuba es el país del Caribe insular que posee más bienes reconocidos por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, entre ellos varios legados por la Historia:
- La Habana Vieja y su sistema de fortificaciones, en el que sobresalen el castillo de la Real Fuerza, el de los Tres Reyes del Morro, el de San Salvador de la Punta y la fortaleza de San Carlos de la Cabaña.
- Centro Histórico de Trinidad y el vecino Valle de los Ingenios, con las huellas de la próspera industria azucarera del lugar entre los siglos XVII y XIX explotada con mano de obra esclava.
- Castillo de San Pedro de la Roca del Morro, bastión de la defensa de Santiago de Cuba en la época colonial.
- Paisaje arqueológico de las primeras plantaciones cafetaleras del sudeste de Cuba, fomentadas a fines del siglo XVIII y principios del XIX por colonos franceses que huyeron de la revolución haitiana.
- Centro Histórico de Cienfuegos, primer núcleo urbano de Iberoamérica fundado en el siglo XIX que recibe tal distinción por haber introducido desde entonces ideas de modernidad, higiene y orden en el planeamiento urbano.
- Centro Histórico de Camagüey, villa establecida en su actual emplazamiento centro-oriental hacia 1528 y cuyo desarrollo tuvo lugar sobre la base de un patrón urbano irregular con plazas, plazuelas, calles sinuosas, callejones y caprichosos lotes, lo que determinó un carácter excepcional entre las ciudades coloniales de América Latina.
Ron para momentos memorables
El ron ligero cubano, al decir de muchos entre los mejores acompañantes de momentos memorables, tiene historia y particularidades que lo hacen sobresalir en el mundo de las buenas bebidas. Aunque a Cuba llegó después que se produjera en otras islas del Caribe, el ron se afirmó aquí como un clásico moderno.
En la actualidad, se continúa fabricando con materias primas autóctonas, obtenidas exclusivamente de la caña de azúcar, bajo la premisa de mantener los valores esenciales de la larga tradición ronera nacional, que excluye el empleo de artificios en el proceso de añejamiento, así como la modificación de aromas y sabores.
Carácter suave y sedoso, aun cuando han pasado varios años en barricas; peculiares notas sensoriales y sublime buqué son algunos de los valores que los expertos atribuyen al ron cubano, en el que sobresale internacionalmente el rico portafolio de la marca Havana Club.
Los famosos habanos
Cohiba, H. Upman, Montecristo, Partagás, Romeo y Julieta son algunas de las marcas que han dado la vuelta al planeta y han cimentado el prestigio de la industria tabacalera cubana, con siglos de tradición.
La región de Vuelta Abajo, formada por municipios de la occidental provincia de Pinar del Río, es considerada la mejor del mundo para esta producción por sus condiciones de suelo, clima y la experiencia de los productores. Así que fumarse un habano en esta tierra y visitar plantaciones, sitios de escogida y despalillo y fábricas es una atractiva opción en Cuba.
Y otras muchas razones
Realmente, son muchas y variadas, por ejemplo, pasear por ciudades en almendrones, como se les llama en la isla a autos de disímiles marcas de las décadas de los 40, los 50 y los 60 del pasado siglo, e incluso anteriores, que constituyen un museo rodante; compartir con los cubanos en sus propios ambientes, no siempre fáciles, y descubrir la alegría que emana de una cultura forjada en el crisol de la diversidad y empecinada en el buen humor.