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Santiago Rodríguez Olazábal opina sobre la importancia de la cita y su participación.

Cuando la Bienal propone una tesis coherente entre artistas seleccionados junto a sus obras para el evento central, deja un buen sabor en la memoria visual del público. Además, si añades a esta gran fiesta las exposiciones colaterales, que por lo general son muy buenas, es muy interesante la interacción entre el público y las creaciones que intervienen los diferentes espacios.

Mis obras están en el proyecto del curador y crítico de arte Nelson Herrera Ysla, quien ha aglutinado a un buen grupo de artistas que han participado en bienales anteriores. Estoy presente en la Estación Cultural de Línea con tres piezas de gran formato que estuvieron en la exposición “Oriki. Canción de elogio”, una de las muestras colaterales de la Bienal pasada.