Sin lugar a dudas, el mejor amigo del hombre es el perro. Animal de 4 patas que quien decide tenerlo en casa se convierte en un miembro más de la familia, pues si hay alegría en el hogar él está alegre, pero si hay tristeza por algún acontecimiento desagradable el can también lo siente y lo manifiesta.
Dígamelo a mí, que tengo una pequeña salchicha y que siempre estar al lado mío o de mi hijo. Si nos sentamos a ver la televisión, Chicha como se llama, rauda y veloz, se acuesta a nuestro lado. Si vamos al baño, nos espera en la puerta y a la hora de dormir no hay quien le robe el número uno para entrar a la habitación. Fiel de verdad siempre.
Y precisamente por esa condición de fidelidad, incluso muy superior a algunos humanos, se decidió en el año 2004, motivado por la inmensa importancia de estos animales en el diario vivir de los seres humanos, homenajearlos por su entrega y amor inquebrantable.
Hay numerosas historias de perros fieles hasta la muerte de sus amos. La más trascendental fue la de Hachiko, de raza Akita, que acompañaba todos los días a su cuidador, el profesor Eisaburo Ueno, a sus clases en la Universidad de Tokio, y lo esperaba en la estación de Shibuya para regresar juntos a su hogar. Desgraciadamente, el profesor murió repentinamente en 1925 y Hachiko permaneció en la estación, esperando a su dueño, durante 9 años. Ello le valió que se levantara una estatua en su honor donde siempre lo aguardaba.
En Cuba, también hay historias de perros fieles. En el capitalino cementerio de Colon hay una lápida con una escultura de una mujer acostada y con su perro a sus pies, hecha con piedra de cantería y una frase que reza: fiel hasta después de muerta, Rinti.
La obra honra la lealtad de Rinti a su dueña, la norteamericana Jeannette Ryder , residente en Cuba a principios del siglo XX, donde fundó la organización humanitaria llamada Sociedad Protectora de Niños, Animales y Plantas, también conocida como el Bando de Piedad.
Según se cuenta, su perrita se echó a los pies de la tumba y no comió ni tomó el agua que le brindaron los trabajadores del cementerio hasta que murió. Hoy la escultura se conoce como “La tumba de la lealtad”.
Con esta celebración, cada 21 de julio, se pretende crear conciencia a las personas sobre la gran cantidad de perritos que hay abandonados a su suerte, o aquellos que esperan ser adoptados por alguna familia o algún refugio. SE estima que el 70% de los perros que hay en el mundo no tienen hogar.
Los perros, además de ser los mejores amigos del hombre, ayudan en múltiples tareas: hay lazarillos, policías, bomberos y, por supuesto los de compañía. Entonces no olvide el refrán que reza: “mientras más conozco a la gente, más quiero a mi perro”.