En medio de un jubileo bien sonado y merecido el Ballet Nacional de Cuba (BNC) celebra sus 75 años de vida, tras una bellísima temporada, al nivel de cualquier festival internacional, que ha abarrotado la Sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba, con presentaciones de lo mejor de su repertorio histórico, la cual tendrá como colofón una magnifica Gala festiva y de homenaje.
La prestigiosa compañía, incluida desde la segunda mitad del siglo XX en el selecto grupo de las mejores a nivel mundial, fue fundada el 28 de octubre de 1948 por un tríptico que a poco se hiciera célebre: el de los Alonso.
Ellos eran la extraordinaria bailarina Alicia Martínez del Hoyo, su esposo Fernando, y el hermano de este, Alberto, ambos Alonso por nacimiento, de quienes tomó la genial danzarina y futura estrella el nombre artístico.
Contra viento y mareas y a fuerza de un trabajo intenso, mucho talento y una experticia técnica sobresaliente, la agrupación, nacida con el nombre de Alicia Alonso, sobrevivió entre giras y actuaciones internacionales, cada vez más reconocidas, hasta llegar a los años de cambios favorables a la cultura ocurridos desde 1959 en el país.
Con el nombre de Ballet Nacional de Cuba desde los años 60, la compañía y Academia de enseñanza que también habían fundado los Alonso pudo contar con el valioso apoyo del estado cubano, decidido a llevar la cultura de manera amplia e integral al pueblo.
Ese esfuerzo mancomunado de artistas generosos, patriotas y de altos vuelos y la voluntad política ha tenido maravillosas cosechas en su ya larga historia.
Digamos que la temporada concebida para el grandioso festejo, que es de toda la cultura nacional, es representativa en el programa presentado durante casi todo el mes de octubre de la trayectoria brillante de la Compañía.
Se han seleccionado obras icónicas de todo el BNC, presentadas y aclamadas en múltiples escenarios del mundo, como Rara Avis, Leda y el cisne, La Cenicienta, Dionaea y Majísimo, abriendo la gran fiesta.
Un repertorio que ha incorporado también a los estremecedores Bodas de Sangre y Carmen, esta última, junto a Giselle definitoria del reinado de la Alonso, así como el primer acto de la festiva Coppelia, el II del Lago de los Cisnes y el III de Don Quijote.
En la Gala final no podrán faltar Giselle, Canto vital y la Séptima Sinfonía.
La memoria y el homenaje han ido más allá del esencial núcleo fundador del BNC y ha involucrado a la membresía histórica y a los nuevos y novísimos valores que con el sello de una altísima profesionalidad danzan por Cuba en los escenarios clásicos.
Poco antes de la desaparición física de la Prima Ballerina Assoluta, la joven estrella Viengsay Valdés asumió el cargo de directora general de la compañía, confiado a ella por la gran Maestra.
Es una responsabilidad consagradora que ha cumplido con el extraordinario brillo de su valía profesional y su entrega humana, por ello ha sido reconocida y homenajeada en este aniversario 75, junto a otros valores, imposible de nombrar en este espacio.
Con la cultura y la danza clásica en días de celebración inolvidables, octubre se despide en Cuba pleno de belleza.