CubaPLUS Magazine

La Casa Natal del doctor Finlay, benefactor de la humanidad

Por: Amanda Bedia
27 Mar 2024
La Casa Natal del doctor Finlay, benefactor de la humanidad

Es la casa donde viera la luz el 3 de diciembre de 1833 el niño que adulto se convirtiera en sabio de la medicina e importante descubridor del vector transmisor de la fiebre amarilla, causante de epidemias letales en su tiempo en vastas regiones tropicales de este continente, donde hoy se encuentra un importante museo del benefactor de la humanidad Dr. Carlos J. Finlay.

Por decisión de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, enclavada en el centro patrimonial de la bella urbe de la región centro oriental de Cuba, la edificación se ha convertido en un atrayente proyecto socio cultural.

El importante descubrimiento del sobresaliente médico cubano lo ha marcado para toda la vida, aun conociéndose que su hoja de servicios en la ciencia es mucho más amplia e incluso connotada en los trabajos de control epidemiológico y la oftalmología.

casa-natal-carlos-j-finlay-2.jpgPor eso asomarse al mundo claro y feliz de su infancia es muy gratificante o novedoso, según de donde procedan los visitantes de la vetusta vivienda que perpetúa su memoria.

Marcada con el número 4, actual 5 de la calle Cristo, entre Pamela Fernández y Lugareño, la otrora vivienda de Finlay fue acondicionada como museo desde 2002, a propósito del Día de la Medicina Latinoamericana cada 3 de diciembre, que se conmemora en honor al nacimiento del prominente cubano.

Es un edificio levantado a fines del siglo XVIII. Se cuenta que por el año de nacimiento de Carlos J. Finlay, recién se había establecido en la entonces Puerto Príncipe -primer nombre de Camagüey- el inglés licenciado Eduard Finlay, padre de nuestro galeno.

En su estilo arquitectónico se observan influencias del arte morisco predominante en los siglos iniciales de la conquista y elementos barrocos llegados más tarde no muy notables. Se trata de una vivienda de una sola planta y cuenta con una nave o crujía paralela a la calle, la cual se prodiga en la sala y la habitación principal, así como parte del zaguán que la flanquea en un costado, muy típico entonces.

Anunciando la llegada del neoclásico, tiene el puntal moderado de la fachada, la puerta principal en el medio de ésta y el arco de mediopunto que comunica la sala con el comedor, una distribución propia de esa etapa.

Hay capiteles de orden toscanos adosados a los muros con sus fustes biselados. Una impresionante sencillez lo inunda todo.

Tenía amplias habitaciones destinadas a dormitorios y las dos principales a miembros de la familia.

Un comedor de tamaño inferior a la sala, se comunica con el colgadizo de cara al patio y al final con el traspatio.

Espacio abierto, el patio es una nota refrescante con canteros florecidos, pozo y tinajones. Una deliciosa postal de tradición hogareña en la Cuba decimonónica, al tiempo que ofrece iluminación y aire puro al interior umbroso y caliente.

Como se deduce, la casa tiene dos valores significativos, ser el hogar natal de un gran hombre y ser exponente de una época ya ida, pero presente en nuestra historia, La vida actual de esa antigua vivienda no es remotamente parecida a la de antaño. Un equipo de expertos despliega actividades educativas, como talleres sobre Finlay e Historia de la Medicina, con escuelas primarias y secundarias de la comunidad.

También realizan el proyecto Nuevo Renacer, promotor de la práctica del taichí, así como actividades culturales, las cuales incluyen abordar temas variados de la medicina natural y tradicional, historia, artes y ciencias, en horarios vespertinos y nocturnos.

Y por convenios con el Instituto Superior de Ciencias Médicas de Camagüey, se llevan a cabo planes que incentivan la participación de estudiantes y profesionales de ambos centros.

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