CubaPLUS Magazine

El Castillo de Santo Domingo de Atarés

Por: Amanda Bedia
04 Jan 2024
El Castillo de Santo Domingo de Atarés

Conocido sencillamente como Castillo de Atarés es una de las fortalezas militares que integraron el sistema defensivo de La Habana colonial en época en que la isla, gracias a su cosmopolita puerto, se afincaba en el destino de Llave de Las Américas, como sede principal de la flota española y Antemural de las Indias, como activo cruce continental de caminos. Diversas funciones ha tenido desde su inauguración a partir de 1767, como parte de las fortalezas defensivas en primera instancia, pero luego además fue sede de la guardia presidencial a principios del siglo XX, prisión y unidad militar.

Desde el 14 de noviembre de 2019, a punto de celebrarse los festejos por el medio milenio de la gran ciudad de La Habana, se reabrió para la exhibición pública después de una acabada restauración general.

Luego de la inauguración de la grandiosa fortaleza de San Carlos de la Cabaña, construida al terminar la ocupación inglesa iniciada en 1762, con duración de un año, la metrópoli española reforzó las defensas de la urbe con la edificación de otras dos entidades de piedra más pequeñas y una de estas vino a ser nuestro Castillo de Atarés.

Con el pastoral nombre de Castillo de Santo Domingo de Atarés, su calificativo ante todo honra al entonces gobernador de la Isla, el Conde de Ricla, cuyo apelativo principal era ese (Domingo).

Las obras estuvieron bajo el mando técnico del ingeniero Silvestre Abarca, apoyado por el ingeniero belga Agustín Crame.

Ese nivel de poder disuasorio esta vez logró efecto con los vándalos y merodeadores de la zona, pues nunca tuvo que entrar en combate.

Sucesos tristes sin embargo se vinculan a su historia durante la dictadura de Gerardo Machado, el presidente que mandaba a asesinar allí a sus opositores para luego lanzar sus cuerpos a la bahía.

Con una simetría parecida a la de un hexágono irregular, no tiene baluartes y exhibe garitas de forma similar. Una pequeña plaza de armas central se admira, rodeada por varias construcciones, seis bóvedas a prueba de bombas entonces, alojamientos de los soldados, así como los espacios destinados a almacenar víveres y de abastos de armería, entre otros.

Hoy el singular Castillo de Atarés, tras los finales del Malecón habanero tan famoso y parte del paisaje marino de la capital, no solo es una visión hermosa o un testigo de la historia lejana. Es una suerte de Museo que lo invita a conocer bellas leyendas de La Habana y una valiosa información sobre el arte ingeniero del genio del Renacimiento Leonardo da Vinci, en cuanto a sus contribuciones a la ingeniería militar, de la cual Santo Domingo de Atarés forma parte. Una aventura cultural muy interesante espera a cualquier persona que cruce sus umbrales.

Anuncios
Get it on Google Play