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Situada a solo 500 metros del hotel Castillo, en la oriental ciudad de Baracoa, la Cueva del Paraíso es un museo natural que permite a los visitantes trasladarse en el tiempo, pues allí se presentan formas de vida, objetos y piezas que pertenecieron a los primeros habitantes de la zona.

Ubicado en un ambiente natural en la segunda terraza geológica llamada ¨Terraza Seboruco¨, esa caverna, según los especialistas, se formó en el periodo cuaternario y está considerada de origen frético (creada por aguas subterráneas debido a la filtración de las lluvias o manantiales) y en ella se localizan vestigios de los aborígenes que poblaron la región hace más de 5 siglos.

Esa espelunca está integrada por tres salones. El primero tiene en sus paredes un conjunto de grabados de la cultura aborigen de diferentes zonas de Baracoa. Una escalera de caracol de 15 metros de altura, instalada en un gran hoyo en la bóveda de la caverna, comunica a los visitantes a la gran sala del museo que después los llevará a otro salón donde se encuentran colecciones de vasijas adornadas con bellas representaciones zoomórficas y antropomórficas, conjunto de estatuillas y piezas para ceremonias de alto valor arqueológico.

Allí también se encuentra un enterramiento taino con sus ofrendas funerarias y después dos aberturas comunican con la segunda terraza, donde está una reproducción de una aldea taina con varias viviendas, tipo bohío, cabaña rustica construida de madera, cañas y pajas.

Se calcula que La Cueva del Paraíso acoge a unas 2 000 piezas taínas, que incluyen esqueletos desenterrados y cerámicas, además de esculturas de los aborígenes, semejando las actividades que ellos desarrollaban.

Ese museo constituye un gran atractivo turístico, sobre todo para los amantes de la arqueología y la historia, quienes podrán conocer las costumbres y la forma de vida de las primeras civilizaciones que habitaron esa zona de la mayor de las Antillas.