El croissant es un pan en forma de media luna de origen austriaco, aunque su versión de hojaldre proviene de Francia y es uno de los mas consumidos en todo el mundo.
Este panecillo adopta diferentes nombres, según las regiones y las costumbres. En Perú, Ecuador y Venezuela es conocido como &Cachito"; &Cruasán" es como lo llaman en Colombia y Cuba, en tanto en Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay lo denominan &medialunas" y en otros países de Latinoamérica le dicen &Cangrejitos" o &Cuernitos".
Se puede encontrar el croissant relleno con dulce, como la guayaba, la fresa, el chocolate u otro fruto, y también salados con jamón, chorizo o carne. Pero lo que sí se puede afirmar que el croissant es muy buen recibido a cualquier hora del día.
Según la leyenda más difundida, cuando en el siglo XVII los turcos decidieron atacar Viena por sorpresa durante la noche. Los panaderos que trabajaban a esa hora fueron los defensores de la ciudad, lo cual cogió desprevenidos a los invasores y los obligaron a retroceder.
Se dice que el entonces emperador de Austria Leopoldo I decidió condecorar a los panaderos y estos últimos, en agradecimiento, prepararon dos panes, uno denominado &Emperador" y otro &Halbmond", &media luna", en español.
No obstante, la receta del croissant, como se conoce actualmente, se publicó en Francia en 1905 y desde 1950 se un panecillo tradicional en el desayuno de los galos.
Por su aceptación en todo el mundo, debido a su exquisito sabor, aroma y crujiente textura se decidió celebrar el 30 de enero el Día Internacional del croissant.
Así que no lo piense más, seguramente usted también tiene preferencia por ese panecillo. Entonces salga a comprarlo en la dulcería más cercana para celebrar este día, o mejor, prepárelo en casa, que toda la familia lo agradecerá.