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Llena de historia y de vida, la calle Enramadas se fue forjando durante siglos como uno de los sitios más emblemáticos de la ciudad oriental de Santiago de Cuba, y de todo el país.

La vía, actualmente peatonal, es la de mayor circulación de la urbe conocida como la más caribeña de la isla, con un constante ir y venir de gente que la atraviesa o que se queda en sus numerosos comercios, bancos, restaurantes y cafeterías, hoteles, teatros, museos, cines, centros nocturnos…

En su habitual bullicio, y como es propio de la ciudad, también hay mucha música, en la que no falta el aporte del tradicional órgano oriental, con melodías de antaño que brotan de cintas de cartón perforado que van rotando mediante una manigueta.

Con unos dos kilómetros y medio de largo y alrededor de cinco metros de ancho, Enramadas se extiende empinada desde la bahía de Santiago de Cuba, en el sur de la urbe hasta el reparto Santa Bárbara, en el sector este.

Cronistas recuerdan que en sus inicios solo existía una vereda que conducía a la playa, llamada Camino de la Playa o del Mar, y después se le denominó San Luis.

Su trazado original se realizo en 1603 para conectar la Ermita de Santa Ana con la Catedral, bordeando el Fuerte de San Francisco, y fue empedrada en 1850.

También recibió el nombre de Calle Ancha y era la primera vía por donde pasaba la tradicional procesión del Corpus Christi, celebración para la cual se cubría el suelo con pencas de palma o coco, por lo que se dio en llamar Enramadas.

La costumbre de alfombrar el piso con las ramas fue suspendida en 1850 debido a un accidente que inflamó las hojas y derivó en un peligroso incendio, pero hasta hoy se le sigue conociendo así, aunque su nombre oficial es el de José Antonio Saco, destacado prócer de la historia cubana.

La instalación del alumbrado público marcó el auge de la arteria citadina, por donde, dos años después, comenzó a transitar el primer tranvía eléctrico del oriente del país, que circuló hasta 1952.

Floreció entonces y no ha dejado de renovarse aunando sitios históricos y ofertas nuevas de la modernidad, en un espacio al que un poeta santiaguero refirió como &Calle Enramada / mayor novia de nuestra ciudad…".