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Por dominios del municipio de Cárdenas, pertenecientes a la occidental provincia de Matanzas y por más señas, al este del sensacional balneario de Varadero, está un punto geográfico único y muy hermoso de la geografía cubana nombrado Boca de Camarioca.

Con bastante precisión, ubicada a unos 8 kilómetros al occidente del puente de Paso Malo, empalma con la desembocadura del río Camarioca, para extenderse a un lado y otro de ambas márgenes.

Desde Camarioca hasta Punta Hicacos hay 30 kilómetros lineales a lo largo de la costa, de los cuales 22 están dentro de la famosa península que acuna a la Playa Azul y 8 a la zona comprendida entre el reparto Oasis y Boca de Camarioca, la cual posee un área 3.8 km 2 .

Hay una zona sorprendente de Boca de Camarioca a Paso Malo con un recorrido de hasta 5 kilómetros saturada densamente por un relieve calcinado y formado por cuevas, grutas, solapas… en la mayoría de las cuales se han hallado evidencias arqueológicas que indican sitios de habitación, funerarios y ceremoniales de aborígenes de la Isla.

Entre tales puntos están la Cueva de la Discordia, Los Plátanos, El Nicho Algarrobo I, II y III, El Cayuelo, Cueva de los Quintana, Cueva de Güiro y Cueva del Saturno.

Cuando aquellos lares tenían apariencia virginal y la Conquista todavía no era un hecho diabólico, en tales sitios gustaban pernoctar los aborígenes de tres asentamientos cercanos, con lo cual surgieron las palabras en su lengua que nombraron tales enclaves.

Dicen que Boca de Camarioca inicialmente se llamó Puerto Camaro, pues ese el apelativo de un cacique del entorno. Es una zona costera de playas arenosas, muy sedimentadas, en las cuales abundan bajos y acantilados muertos, donde se abren nichos de mares fósiles y pequeñas grutas.

Los suelos, en general, son medianamente profundos, cuyo espesor no sobrepasan el metro. Casi siempre son hidromórficos. La salinización está presente en diversos grados.

Con una red hidrográfica sustentada básicamente por la presencia de la desembocadura del Río Camarioca, además se aprecia una pequeña laguna interior poco profunda.

Una muy bien provista y diversa floresta caracteriza a la zona, de la que sobresalen especies endémicas de la región occidental de Cuba.

Al mismo tiempo el lugar descuella por ser una de las zonas faunísticas más pequeñas de Cuba. Sin embargo, se caracteriza por un endemismo muy marcado, sobre todo en los reptiles.

Entre esos últimos figuran la “lagartija de las arenas" (Leio-cephalus raviceas). Pueblan el entorno numerosas iguanas, moluscos, aves terrestres y marinas de notable presencia en invierno.

Dan encanto, por sus colores y arpegios aves terrestres como los sinsontes (Mimus polyglottas arpheuse), judíos (Crotophaga anil), tojosas (Columbiana passerina), palomas rabiche (Zenaida macoura), garcitas bueyeras (Buleus ibis), entre otras. De las aves acuáticas admiran las gaviotas y varios pelícanos o alcatraces (Pelecanus occidentalus).

Boca de Camarioca ha tenido varias etapas marcadas indistintamente por el auge y el declive, debido a su situación geográfica, muy allegada a los puertos de La Habana y Matanzas, también a Varadero. Un entorno salvaje sobrecogedor también cercano a una zona densamente urbanizada e impulsada por el desarrollo de grandes proyectos del turismo. Una región que bien vale la pena conocer.