Por los rumbos del occidente cubano, en la muy bella provincia de Pinar del Río, se encuentran las afamadas Minas de Matahambre, dedicadas a la extracción mineral del cobre con auge en tiempos pasados, y en cuya comunidad aledaña, llena de historia, funciona el Museo Municipal del encantador y modesto pueblo.
Fue al amparo de la Ley 23 de la República de Cuba que nació esa entidad, por lo cual sus creadores se lo han tomado muy en serio, aunque a algunos pudiera parecer no
relevante comparada con otras instituciones majestuosas de la nación.
Su historia va de la mano, un poco, con el cierre a partir de 1997 de la mina "Capitán Alberto Fernández Montes de Oca", con el levantamiento del llamado Sitio Histórico de
Matahambre, el cual fue declarado Monumento Nacional por la Comisión de Monumentos de la República de Cuba, el 24 de enero del año 2000.
Hay que decir que ese sitio es una suerte de ampliación del Museo Municipal, pues exhibe piezas patrimoniales de gran importancia, que fueron útiles en la producción de
mineral de cobre, basadas en antiguas tecnologías de los albores del siglo XX.
De alguna manera entonces nos cuenta la historia del nacimiento del patrimonio industrial de Cuba.
La interesante institución dispone de dos salas permanentes y una transitoria, y su accesibilidad es notoria para los lugareños y curiosos visitantes de paso, en excursiones de turismo.
En las salas permanentes del museo se muestran instrumentos de trabajo utilizados en las primeras excavaciones mineras.
El grueso, un 80 % de las piezas que atesora el Museo Municipal de Minas de Matahambre, están vinculadas con la obtención del mineral y sus procesos productivos en la zona, la cual llegó a ser muy afamada dentro del país cuando estaba en el auge de producción, aunque sus trabajadores eran muy pobres y apenas sin derechos.
Son notables los instrumentos y equipos vinculados a la explotación del yacimiento y llama la atención una serie de fotografías, de gran valor patrimonial. Entre estas destaca la colección Matahambre S.A que destaca imágenes antiguas a través de las cuales se puede apreciar el poblado en sus primeras décadas.
De valor se considera la colección Juan Font Tellería, quien era un pintor autodidacta que se dedicaba principalmente a plasmar escenas campesinas en sus creaciones, muy costumbristas.
Diremos que su sede invita regularmente a fiestas de animación cultural y a una suerte de gala, nombrada Noche con la historia, así como a la Peña del Patio. Tal sitio es más que un Museo importante por su función esencial, también es un gran protagonista de la vida cultural en la silvestre y animada Minas de Matahambre.
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