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Máisel López y sus “colosos” habaneros: arte urbano por y para la comunidad

Por: Lázaro Gerardo Valdivia Herrero Historiador y crítico de arte, docente e investigador
17 Apr 2023
Máisel López y sus “colosos” habaneros: arte urbano por y para la comunidad

El arte urbano o arte callejero (traducción al castellano de la dicción inglesa street art) involucra a todas las manifestaciones artísticas desarrolladas en espacios públicos citadinos, díganse calles, parques, plazas, inmuebles y estructuras arquitectónicas en desuso.


pintor-maisel-2023-1.jpgAunque la mayoría asocia el fenómeno a la propagación del grafiti en el contexto de la postmodernidad, lo cierto es que esta modalidad de pintura libre no es la única que pudiera catalogarse como representativa del arte urbano. Desde hace poco más de tres décadas las discusiones teóricas se han orientado hacia la definición de una práctica signada por la espontaneidad, un elevado poder de convocatoria y la asimilación de
códigos locales y universales, gracias a los cuales el artista puede discursar al margen de los tradicionales circuitos y espacios galerísticos que privilegian a las denominadas bellas artes.


El arte urbano, en tanto ejercicio de libre creación y acentuada heterogeneidad, no responde a los mismos cánones que las instancias académicas y culturales preconizan.


La calle se convierte en esa especie de lienzo infinito y accesible sobre el cual se vierten miles de ideas que, posiblemente, en aquellos sitios hallarían cierta reticencia a la negación. El artista plástico urbano se vale de un amplio número de técnicas y procedimientos para acometer su labor: pintura mural, pegatinas, posters, plantillas (esténcil), así como el aludido grafiti, el cual evolucionó desde un período inicial de
proyección bidimensional en soportes verticales (paredes y muros), hasta su plasmación en dimensiones horizontales (calles y aceras) provistos de efectos ópticos que juegan con los límites de la percepción visual humana.


pintor-maisel-2023-2.jpgLa realidad cubana no ha escapado al fenómeno del arte urbano. Basta con recorrer las vías de las principales urbes para constatar que allí, en los más singulares entornos, la voz límpida de la creación visual ha calado hondo de la mano de nuevas generaciones de artistas.


Máisel López Valdés (La Habana, 1985), egresado en 2007 de la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro, ha dedicado gran parte de su carrera a la creación de una serie de retratos de gran formato en ambientes públicos capitalinos, especialmente en el municipio Playa. En 2015 empezó a concebir sus populares Colosos en las paredes exteriores de viviendas e instituciones de prestación de servicios (bodegas, hospitales, escuelas, etc.), murales en los que rinde homenaje a la niñez enalteciendo los valores que distinguen a este grupo etario.


La intención de perpetuar iconográficamente la efigie de un niño pudiera entenderse a partir de la propia inquietud del artista por contar historias de vidas que forman parte de las comunidades con las cuales interactúa frecuentemente. Por ello, los modelos retratados son reales y permeados de una expresividad absoluta, rutina sinérgica que busca involucrar en el proceso creativo al ciudadano común, el cual no solo es capaz de descubrir el rostro de su hija o hijo sobre la superficie de un muro, sino también de identificar las alegrías, fantasías, angustias y conflictos que determinan la naturaleza
humana en su etapa infantil.


Los “colosos” inmortalizados por este pintor habanero suman ya más de cuarenta, algunos recreados en instalaciones de máximo reconocimiento, como el Acuario Nacional y el Hospital Pediátrico William Soler (ambos en La Habana), o más recientemente en Qatar, país al que fue invitado para plasmar su sello artístico con motivo de la celebración de la Copa Mundial de fútbol en esa nación. La técnica muralística es el denominador común en la serie, proceder que demanda mayor destreza y preparación por parte del pintor, ya que el soporte pétreo debe estar en buenas condiciones físicas y ser dotado de una base, capa o enlucido, sobre la cual será plasmado el rostro a gran escala de la figura seleccionada. El retrato mural requiere del creador un dominio de las leyes formales de la anatomía y la perspectiva, recurso visual que ayuda al observador a establecer la profundidad y colocación de los objetos a diferentes distancias.


pintor-maisel-2023-3.jpgDe forma paralela, Máisel López ha trabajado la línea de la pintura de caballete, sin renunciar a su estilo retratístico dotado de la elegancia y el detalle riguroso. De lo anterior dan cuenta sus más de diez exposiciones personales en diversas galerías de la urbe capitalina. Asimismo, ha sido convocado para intervenir en una veintena de muestras colectivas, entre las que destacan los Salones Habana, dedicados a conmemorar diferentes aniversarios de la fundación de la otrora villa colonial.


A lo largo de su trayectoria ha sido merecedor de innumerables galardones y reconocimientos, entre los cuales se encuentran el Premio Ana Rosa Gutiérrez, conferido en 2016 por el Consejo Nacional de Casas de Cultura; el Reconocimiento del Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño, por la destacada labor de promoción y exposición del arte joven y contemporáneo en la ciudad durante el 2016; dos Grandes Premios en las ediciones del Salón Habana correspondientes al 2014 y 2015, así como la Mención en Pintura en el Tercer Encuentro Comunitario de Artes Plásticas Romerillo 2008.


En los albores de 2023 y ante el riesgo que representa para el arte urbano la conducta negligente de muchos ciudadanos y la continua exposición a los agentes medioambientales, Máisel López confía en el valor social de su obra y revela a CubaPLUS que pretende continuar concibiendo un arte “colosal” lleno de pasión, honestidad y semblantes infantiles, por y para la comunidad.

 

 

 

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