Los turistas foráneos y hasta los nacionales que circulan por la céntrica esquina habanera de L y 23, en la barriada de El Vedado, allegada a la heladería Coppelia, se topan con el todavía llamativo edificio del cine Yara, activo como siempre en la exhibición de películas, aunque también se viene usando para espectáculos musicales variados.
Justo en esa esquina, pero por la calle 23 y hacia abajo, rumbo al malecón, comienza la famosa calle conocida como La Rampa, una de las arterias más populosas de ese entorno en la cual está enclavado además el Hotel Habana Libre.
No cabe duda, a pesar de su baja altura y edad, el Cine Yara es un punto imprescindible del paisaje urbano capitalino y casi que sería impensable la ciudad sin él.
Nacido con el Nombre de Warner Radiocentro en los pasados años 50, integrado a un gran complejo asociado a la difusión de la televisión de nuestro país, siempre supo sacar partido de su ubicación envidiable dentro de la urbe, en todos los tiempos.
Con el nombre aborigen de Yara dado en 1968, haciendo honor a nuestras raíces, ha sido el principal de los cines del circuito de estreno.
A la palabra de origen indígena Yara, de dulce y bella sonoridad, se le atribuyen varios significados como el de alerta, que es uno de ellos, pero no definido. Buscando la ascendencia de este apelativo en tierra cubana diremos que es el de un municipio pequeño y encantador, perteneciente a la oriental provincia de Granma.
Allí, posiblemente el 2 de febrero de 1512 ocurrió el sacrificio en la hoguera del cacique indígena Hatuey, guerrero proveniente de Quisqueya que luchaba tempranamente contra la colonización española.
Y en tierra de ese hoy humilde poblado ocurrió el primer combate del ejército libertador, tras el grito de La Demajagua el 10 de octubre de 1868. Aunque la escaramuza de Yara fue perdida por los mambises, ese hecho hizo nacer el célebre “Grito de Yara” que puso nombre al cine habanero.
Y ya que la capital tenía un cinematógrafo con ese nombre, es lógico que en el pequeño municipio oriental donde ocurrieron tan gloriosos hechos también exista uno con ese apelativo.
Como ven fue la heroica historia de este país, que es una sola y se honra por igual en todo el territorio, quien nombró Yara a dos instituciones culturales situadas en el Oriente y Occidente de la isla
El cine Yara, ubicado en el municipio de igual nombre, fue inaugurado el 19 de octubre de 1968, para beneplácito de los amantes del séptimo arte en esa localidad, pues carecían de ese tipo de institución desde hacía casi una década. Con una capacidad que sobrepasa las 321 butacas ha acogido numerosos estrenos de filmes cubanos como fue el caso de “El Mayor”, con interesantes y emotivos pasajes de las guerras independistas del país frente al colonialismo español.
Los cubanos, marcadamente cinéfilos, pronto estarán disfrutando de un Nuevo Festival del Cine Latinoamericano, en los que el céntrico Yara de L y 23 tiene un papel preponderante.
Con un lunetario para 1 500 personas, el Yara capitalino se abarrota de un público entusiasta y expectante, esperando los estrenos más sonados en esa cita. Es un lugar actualmente interactivo y multiusos al cual el inexorable paso de los años no ha restado vitalidad.
En el Yara del municipio de Granma los atardeceres y días son más tranquilos y muy diferentes pero, el cine y la cultura, como en el resto del país, es un acto de recreo del que gustan todos.