CubaPLUS Magazine

Oistel González Ávila, Mujeres de madera al límite

Por: Por Nubia Piqueras Grosso, Fotos: Cortesía del entrevistado
27 Apr 2023
Oistel González Ávila, Mujeres de madera al límite

Mujeres sin rostro, esculpidas en madera, u otras figuras de grandes dimensiones inspiradas en el universo femenino, marcan el quehacer de Oistel González Ávila, quien siempre va más allá de sus posibilidades.

“Las piezas grandes son las que mandan, las que te llevan al límite”, expresó a CubaPLUS Magazine este escultor cubano de casi 50 años que se alzó con el Gran Premio de la 11na. Bienal Nacional de Talla 2022.

“Para un artista es muy importante una obra que te haga esforzarte más y saber que quieres más, tal vez por eso me cuesta mucho trabajo tallar algo pequeño”, confesó.

Sin embargo, la empatía por la grandeza no solo la expresa en la madera, sino también en artículos de cerámica, donde tiene diseños impresionantes que, comentó, logra con cierta facilidad. “Por eso necesito cosas que me exijan más todos los días, aunque me cueste más hacerlo”, acotó.

Único varón y el más chiquito de tres hermanos, además de su mamá e hija mayor en su familia, hace de la figura femenina la musa incitante de su faena artística, apreciada también en Chipre, Estados Unidos, Francia y Bélgica.

“El tema de la mujer siempre es recurrente para los artistas, pues ellas son inspiradoras, muy laboriosas y su presencia, infinita”, aseguró González Ávila, quien es capaz de “descomponer la figura humana para darle carácter, formas, movimientos y líneas muy sutiles que tengan una expresión capaz de trasmitir, hablar y sugerir”, precisó.

“Busco atrapar a la gente, incluso que la más escéptica se detenga y diga: hay algo bueno en esta obra que me gusta”, subrayó el autor de La flor del tabaco, recreación de una mesa artística de torcedores de la hoja, ganadora del gran premio en la Bienal.

La pieza, elaborada a partir de dos pedazos de palo que le facilitó un señor, “está inspirada en la mujer y refleja los movimientos del cabello y su ovalo facial, pero sin un rostro determinado, como es característica de todo mi quehacer”, dijo.

“Siempre trato de trabajar líneas y acabados fuertes que le proporcionan un carácter a la obra, que resulta casi imposible voltear la cara sin detenerse”, acotó el artista, quien desde niño tuvo aptitudes relacionadas con la creación, aunque la escultura en madera vino con los años, “cuando sentí la necesidad de hacer cosas diferentes”.

Desde entonces también incursiona en la serigrafía y el grabado, entre otras técnicas, cuyo dominio le permitieron crear un estilo propio que muchos ya distinguen, como José Ramón Villa Soberón (Premio Nacional de Artes Plásticas 2008), el reconocido profesor José Duvergel, y Yuri Romero, presidente de la sección de Talla de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (ACAA).

“Al final el resultado habla y es muy inspirador que estas personas, con bastantes millas recorridas en el mundo del arte, digan que tu obra está bien y que debes seguir trabajando”, aseveró.

Miembro de la ACCA desde 2004, actualmente González Ávila labora al unísono en tres obras: la terminación de una barra (2,7 metros de alto por 1,60 de ancho) para un bar en la Casa de los Artistas y Creadores en el capitalino municipio de Centro Habana, la confección de dos humidores para la marca Montecristo y otro para Cohíba, con vistas a presentarlos en el Festival del Habano, en febrero de 2023.

“Mi obra es bastante novedosa, aunque se nutre de muchos otros buenos escultores y artistas, en sentido general; es vanguardista, innovadora; pero, sobre todo, hago lo que me gusta, no lo que otros quieren, sin importar las consecuencias”, sentenció. 

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