Con un encanto irresistible el Rancho Querete, situado en el Área Protegida de Recursos Manejados Jobo Rosado, de la provincia central de Sancti Spíritus, atrapa a sus visitantes con una sinfonía de cascadas, pocetas, un arroyo, cuevas y dos rutas excelentes para el senderismo. Y aún tiene más.No solo se piensa en música en ese mundo amable donde la naturaleza canta con armonía. Hay quienes evocan cuadros del impresionista Monet o el color impactante de Van Gogh, aunque el arte verdadero está en el cristalizado manejo, experto y amoroso, que desde hace algunos años cumplen allí los lugareños y expertos.
Muchos recién llegados han quedado fascinados por cierta poza de aguas tan azules que parecen coloreadas intencionalmente. No es el caso, pues deben su apariencia al carbonato de calcio disuelto de manera natural en su volumen. Y ahí les conté un primer encanto.
En Querete, además son atractivas las cuevas de Valdés, la solapa de Genaro, los manantiales y cascadas del río Malaffo, cercanas al lugar… Como para extender el paseo hacia otros puntos de interés turístico allegados.
Tanto el enclave del Rancho como su entorno hicieron que la zona fuera reconocida como Reserva de la Biosfera, por la Unesco, al mismo tiempo que sus bienes silvestres son protegidos por la Convención Ramsar, debido al notorio tesoro de sus humedales.El viajero curioso, pero también activo, no observará pasivamente la naturaleza, pues si lo desea puede elegir paseos a caballo y caminatas por los múltiples senderos.
Si cantarinas son las cascadas, bosque adentro se podrá disfrutar la umbrosa y fresca sensación de espesos follajes, donde habitan hermosas aves como el tocororo y sinsontes, los primeros considerados la especie nacional. Allí se internan variedad de pequeños reptiles y anfibios, todos inofensivos para los humanos. Nada de víboras venenosas en nuestros bosques.
La superficie, a ras de suelo, de esa floresta no solo tiene pasto y ciertas florecillas, a veces también musgo, helechos y lianas secas. Esto habla de un terreno fértil que se enriquece con sus ciclos de vida y muerte, como manda natura.
La animación que ha generado el bien manejado emporio silvestre ha generado centros gastronómicos, vías de acceso, áreas para baños y recreativas, todo muy bien pensando para preservar la magnificencia puesta allí por la naturaleza.
En honor a la verdad hay que decir que en Rancho Querete el hombre ha puesto mucho para cuidar y mejorar los dones de la vida salvaje. Hay muchas especies de la flora allí que primero nacieron en viveros y luego fueron llevadas a esos sitios a vivir una vida más plena. La reforestación ha sido consciente y decisiva, con monitoreo sistemático. Un ejemplo a seguir en cualquier parte del mundo.