Un muro de ladrillos en dos tonalidades intenta reflejar la importancia histórica del Palacio de La Moneda de Chile, con la imagen de Salvador Allende y su frase emblemática: Dueños de nuestro propio destino.
Pero en el pequeño recinto, celosamente custodiado por una carabinera, puede verse a un costado una placa con los nombres de los colaboradores más cercanos de Allende, asesinados por la dictadura de Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973.
El impacto es especialmente emotivo al llegar al área donde murió Allende ese día de 1973, hasta entonces jefe de Estado, como consecuencia del golpe de Estado lidereado por Pinochet.
Trabajadas en cobre, el mineral por excelencia de Chile, aparecen dos medallas gigantes con el rostro de Allende y el período en que debió gobernar (1970-1976), y otra cuando declaró la nacionalización del metal.
El ministro de Bienes Nacionales, Víctor Osorio, explicó a Cubaplus latinos que hacer un recorrido a la Institución permite dar visibilidad a lo que constituye patrimonio de la ciudad.
Antigua Casa de Moneda en el período colonial, la instalación fue construida entre 1786 y 1812 al estilo neoclásico italiano. Sufrió un descalabro casi total con la asonada golpista que bombardeó el edificio.
La dictadura con ese ataque acabó invaluables tesoros que se acumularon durante años de gobiernos, entre ellos el Acta de Independencia de Chile de 1818 y la Piocha de O'Higgins, una estrella de cinco puntas que era el símbolo presidencial.
En otro recinto se aprecia una mesa acristalada en la cual aparecen medallas con los rostros de todos los mandatarios en la historia de Chile. Los visitantes buscan la figura de Allende con ansiedad para tomarle fotos.
Fue un hombre que quiso acompañar a los que tenemos menos y por eso La Moneda es un lugar triste, aunque también de esperanzas con una presidenta (Michelle Bachelet) que intenta hacer lo mismo que Allende", dice espontáneamente una mujer de la tercera edad con lágrimas en los ojos.
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