Está muy lejos aquel 16 de septiembre de 1541 en el que fue fundada oficialmente la Muy Noble y Leal Ciudad de Nuestra Señora Santa María de la Asunción, dejando de ser el hasta entonces fuerte militar instituido años antes por el español Juan de Salazar.
Dicen los historiadores que el fuerte pudo mantenerse desde 1537 por una suerte de pacto o entendimiento entre los colonizadores ibéricos y los indígenas de la etnia kañó-guaraní, asentados en la zona.
Claro que ahora no pretendemos hurgar en la historia pasada de la capital de Paraguay (paragú y tierra del agua denominadas así en principio por las poblaciones autóctonas), sino echar una rápida ojeada gráfica a la Asunción de hoy que, con sus 117 kilómetros cuadrados, seis distritos y 70 barrios, y un área metropolitana de 902 kilómetros cuadrados, rige la vida del país mediterráneo, de casi siete millones de habitantes.
Las gráficas intentarán mostrar la pequeña-gran ciudad, algunos de sus principales centros referentes, varios de sus emblemáticos lugares, sus alegrías y sus tristezas, sus bellezas y algunas escenas no tan bellas que siempre ocultan las ciudades capitales.
Además, la Asunción de hoy es escenario de acontecimientos trascendentes de orden político, social y regional, de ininterrumpidas expresiones populares, muchas de ellas de reclamos y punto de encuentro de los habitantes citadinos con los descendientes de los pueblos ancestrales, inconformes con el abandono.
Es la ciudad donde se cruzan continuamente las frases en castellano y en guaraní, los dos idiomas oficiales, pero incluso también en el opará, una mezcla demostrativa de la simbiosis de dos culturas y de la negativa de una de ellas a ser echada a un lado por el avance de los años.
Ahí, en las fotos, está Asunción o buena parte de ella, histórica, un poco bucólica, otras veces intensa, pero en definitiva enclave imposible de ignorar en el centro de América del Sur.